La batalla de San Lorenzo (ocurrida el 3 de febrero de 1813) fue el bautismo de fuego y único
combate en el actual territorio argentino que libró el regimiento de granaderos a caballo
liderado por el General Don José de San Martín.
El mismo significó una victoria muy importante para las fuerzas independentistas que luchaban
para terminar con el asedió de las fuerzas realistas en distintos puntos de nuestro actual
territorio.
La batalla es un símbolo de lucha que representa la importancia del General San Martín para
lograr la liberación de los pueblos de América de manos de los conquistadores españoles.
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